En México, y muy de barrio, rayársela a alguien es soltarle una regañada o cantarle sus verdades, a veces con sarcasmo y con ganas de dejarlo bien ubicado. No es mandar cariños, es más bien echarle bronca por algo que se aventó. Suena medio agresivo, pero tiene su sabor cuando ya te colmaron la paciencia.
"El vato llegó dos horas tarde y todavía se hizo el digno. En corto se la rayé bien chido y hasta el compa de al lado se quedó tieso."