Se dice cuando juras que hoy te portas bien, que solo sales un rato o que ni pisas el bar, y al final acabas liado en Logroño con la cuadrilla, dos copas, un pincho y la risa floja. Vamos, el clásico “me lío sin querer” versión riojana. Y sí, suele pasar más de lo que se admite.
"Martín venía a por una caña rápida y a casa, pero se cruzó con la cuadrilla en Laurel y recayó de Logroño: pincho, ronda, chupito y llegando a las tantas."