Se dice cuando alguien “estira” la comida, sobre todo el caldo o la sopa, echándole más agua para que alcance para más gente. Por extensión, también vale para cualquier cosa que intentas hacer rendir al máximo, como el tiempo, la plata o un proyecto. Muy de casa, muy de supervivencia cotidiana.
"Parce, no le meta más agua a esa sopa que ya parece té. Deje de rendir el caldo y mejor hacemos más, que así nadie queda con hambre."