Expresión costeña que se usa cuando alguien la está pasando mal, con problemas o deudas hasta el cuello, pero igual le toca aguantar y buscarle el lado dulce a la cosa. Es como decir que la vida está dura, pero uno se la banca con humor, berraquera y una sonrisita medio resignada. Y hay que admitir que la imagen es buenísima.
"Hermano, desde que subió todo estoy roiéndola con panela, pagando arriendo, mercado y todavía me alcanza pa' una pola los viernes, porque uno no se puede dejar morir."