Se usa cuando se viene una desgracia, un peo serio o un chisme tan gordo que ya sabes que todo se va a descontrolar. Es como decir que se activó la alarma del desastre y que lo que viene no es bonito. Muy de cuando la cosa se pone tensa y uno solo piensa que mejor corre.
"Pana, cuando el jefe vio la factura inflada sonaron clarines, empezó a gritar, botó a medio mundo y hasta el vigilante se escondió en el baño"