Se usa para despedirse de forma relajada, como un adiós buena onda que cierra la plática sin tanta ceremonia. Es muy de compas, como decir ya estuvo, ahí la dejamos y luego nos vemos. Suena cercano, cero formal y con ese toquecito norteño que hace que hasta la despedida se sienta chida.
"Bueno raza, ya me chingué las cheves y mañana madrugo, va pues, cuídense un chorro y no se me agüiten por nada"