Expresión muy asturiana para asumir algo que no se puede cambiar, con mezcla de resignación y cachondeo. Es como decir que la vida viene como viene y toca apechugar, a veces con una sonrisa y una culina de sidra. Suena a filosofía de chigre total, y hay que admitir que tiene bastante gracia.
"Llegué al chigre, no quedaba ni una croqueta, solo patatas rancias. Miré al paisano, me sirvió una sidrina del culo del barril y solté: Ye lo que hay, ho, tráeme también un cacho queso a ver si arregla esto."