Se le dice a alguien que anda como abeja: siempre ocupado, de un lado a otro, con mil pendientes y cero pausa. Es el típico que no se sienta ni para echar chisme porque ya va tarde a otra cosa. No es insulto, más bien es carrilla con cariño para el hiperactivo del grupo.
"¿Ya viste a Luis? Ese cuate es bien abejarín: sale por las tortillas, pasa al banco, deja un recado y todavía le da tiempo de ir por el niño, sin sentarse ni tantito."