Echar tiempo perdido
Se dice cuando alguien anda perdiendo el tiempo a lo menso, sin hacer nada productivo, nomás matando las horas. Es como estar de ocioso, pero con ese toque de regaño de que podrías estar haciendo algo mejor. En Hidalgo se suelta mucho para picar a quien se queda en la calle nomás viendo pasar la vida.
"Ahí anda Juan echando tiempo perdido en la plaza, nomás viendo a la gente pasar, y mañana bien espantado porque no estudió nada para el examen."
Está que hierve como barbacoa
Dicho bien hidalguense para soltar que alguien anda bien encabronado, a punto de explotar, como la barbacoa cuando el hoyo ya está al rojo vivo y todo está hirviendo. No es que esté feliz, es que trae el coraje a tope y se le nota en la cara. Y sí, suena bien bruto, pero pega.
"Le cancelaron la tanda a la mera hora y el compa salió del local rojo, rojo, está que hierve como barbacoa y ni le hables porque truena."
Andar a la moda de Hidalgo
Dicho medio burlón para soltarle a alguien que va “a la moda”, pero en realidad trae un look rarito, pasado o como de otra época. Se usa cuando alguien presume de tendencia y tú le ves más bien vibe de tianguis vintage sin querer. No es súper universal, pero en Hidalgo se entiende y da risa si hay confianza.
"No manches, compa, con esa chamarra fosfo y los zapatos de charol andas a la moda de Hidalgo, nomás te falta el cassette de Bronco."
Quebrarse la tortilla
Dicho hidalguense para cuando una situación que ya venía medio chueca termina de irse al carajo. Es ese momento en que algo se rompe y ya no hay cómo componerlo, como una tortilla que se quiebra y se hace pedacitos. Se usa para quejarse o contar la mala racha con humor resignado.
"Ya íbamos bien justos con la renta y el refri, y de repente se descompuso la camioneta. Ahí sí se nos quebró la tortilla bien gacho."
Joya del deshuesadero
Se le dice a un carro que por fuera se ve bien madreado, como si lo hubieran sacado del deshuesadero, pero por dentro trae buen motor y jala durísimo. Es el típico “no juzgues por la fachada” versión automotriz. En talleres y barrios siempre hay uno, y da gusto cuando deja callados a los fresas.
"Ese bochito todo oxidado parece que ya no da una, pero es joya del deshuesadero: en la subida al cerro les pasó a todos como si nada."
Echarle ganas
Frase bien mexicana para decirle a alguien que se ponga las pilas y le meta esfuerzo a lo que está haciendo. Vale para estudiar, chambear, entrenar o sobrevivir a la vida en general. Suena a regaño cariñoso o a porra de compas. Y sí, también aplica si andas batallando con las tortas de tamal.
"Ya mero sale la chamba, compa. Échale ganas tantito y al rato nos lanzamos por una barbacoa bien maciza, que ya me anda rugiendo la panza."
Echar el oclayo
Se usa para decir que alguien se asoma o se queda mirando con atención, casi siempre por puro chisme o curiosidad. Es como echar un ojo, pero con ese toque de metiche que te delata. Muy de barrio: aparece alguien, se arrima tantito y ya anda viendo qué pasa, quién llegó y qué se está armando.
"Ya llegó Doña Lucha y se paró en la reja, nomás vino a echar el oclayo a ver quién trajo la bocina y si ya empezó la pachanga."
Encontrar la aguja en el zacate
Se dice cuando algo está casi imposible de encontrar, como buscar una aguja perdida entre el zacate. Es la versión bien mexicana de “encontrar una aguja en un pajar”, y se usa para quejarse de búsquedas eternas o cosas que parecen misión suicida. No significa que sea imposible, pero sí que te vas a tardar un buen rato.
"Se me cayó el arete en el pasto del parque y mi compa dice que lo busque, pero eso es encontrar la aguja en el zacate, ni con linterna."
Mandameo
Se dice cuando andas en el rollo de los mandados y, en vez de resolver, te la pasas dando vueltas, distrayéndote y dejando todo para después. Es como procrastinar, pero versión callejera y con pretexto de que ibas a hacer algo. Muy de cuando sales por una cosa y regresas con cero.
"Iba por las tortillas y el refresco, pero me dio el mandameo: me quedé platicando en la tienda y regresé con las manos vacías."
Estar bien espantabrujas
Se dice de alguien que trae una cara de susto, sorpresa o espanto tan marcada que parece que vio algo paranormal. Vamos, que su expresión está tan intensa que hasta las brujas se espantan y se van. Se usa mucho en plan carrilla, no tanto para insultar, más para burlarse del gesto.
"Le dije a Toño que el profe ya subió calificaciones y se quedó bien espantabrujas, con los ojos pelados como si hubiera visto a La Llorona."
Echarse un chalupazo
Se dice cuando alguien se va a tomar un buen trago de pulque, de esos que no son “una probadita” sino un señor vaso que te deja contento y medio valiente. Es muy de ambiente de rancho y pulquería, con maguey de por medio. Vamos, que es ir a darle duro al pulque y a la plática.
"Fuimos a la pulquería del pueblo y mi compa dijo: hoy sí me echo un chalupazo, y órale, en dos tragos ya andaba cantando y pidiendo otro curado."
Chuligán
En Hidalgo se usa como adaptación de hooligan para hablar del que anda de bronquero o desmadroso, el que arma pleito o show a la mínima y se cree bien bravo. No es precisamente un halago, más bien es decir que alguien es un alborotador de barrio. Suena chistoso, pero si te lo dicen, aguas.
"No invites al Jorge al partido, neta, ese vato es bien chuligán, se prende con dos chelas y ya anda armando bronca con medio barrio."
Abejarín
Se le dice a alguien que anda como abeja: siempre ocupado, de un lado a otro, con mil pendientes y cero pausa. Es el típico que no se sienta ni para echar chisme porque ya va tarde a otra cosa. No es insulto, más bien es carrilla con cariño para el hiperactivo del grupo.
"¿Ya viste a Luis? Ese cuate es bien abejarín: sale por las tortillas, pasa al banco, deja un recado y todavía le da tiempo de ir por el niño, sin sentarse ni tantito."
Andar de rojo
Se dice cuando alguien anda bien encabronado, a nada de explotar, como toro cuando ve el trapo rojo. Es una forma muy gráfica de avisar: mejor ni le busques porque está sensible y cualquier cosita lo prende. Sirve para amigos, familia o el compa del trabajo cuando ya viene con el genio arriba.
"Ni le hables al profe ahorita, anda de rojo porque se le perdió la cartera y ya anda regañando a medio salón."
Andar de fruta
Se dice cuando alguien anda bien cariñoso, meloso o de ligue, como con la miel a tope y repartiendo sonrisas. Puede ser porque está enamorado, porque quiere quedar bien o porque trae ganas de coquetear. No siempre es malo, pero sí se nota que anda en modo dulcecito y medio intenso.
"No manches, Juan anda de fruta hoy, ya le llevó cafecito a la jefa y hasta le abrió la puerta a medio mundo en la oficina."
Echar chal
Se dice cuando te vas a poner a platicar a gusto con alguien, sin prisas y con confianza. Casi siempre trae vibra de chismecito rico, de ponerse al día y soltar la sopa tantito. Es muy de barrio, de banqueta y de esquina, de esas charlas que empiezan con un hola y acaban en novela.
"Cáele a la tiendita, nos sentamos tantito a echar chal y me sueltas el chisme completo de la fiesta, porque ya me dejaron con la duda bien gacha."
Echar la cascada
Se dice cuando alguien se suelta hablando sin freno y empieza a soltar chisme, detalles o verdades a chorros, como si abrieran la llave. Puede ser por emoción, por ardilla o por querer quemar a alguien. Vamos, que en vez de contar una cosita, te avientan toda la historia completita y sin pausa.
"Nos juntamos en la plaza y Juan, bien campante, empezó a echar la cascada de la fiesta: quién se besó con quién, quién lloró y hasta quién se fue sin pagar."