Se dice de alguien que trae una cara de susto, sorpresa o espanto tan marcada que parece que vio algo paranormal. Vamos, que su expresión está tan intensa que hasta las brujas se espantan y se van. Se usa mucho en plan carrilla, no tanto para insultar, más para burlarse del gesto.
"Le dije a Toño que el profe ya subió calificaciones y se quedó bien espantabrujas, con los ojos pelados como si hubiera visto a La Llorona."