Dicho hidalguense para cuando una situación que ya venía medio chueca termina de irse al carajo. Es ese momento en que algo se rompe y ya no hay cómo componerlo, como una tortilla que se quiebra y se hace pedacitos. Se usa para quejarse o contar la mala racha con humor resignado.
"Ya íbamos bien justos con la renta y el refri, y de repente se descompuso la camioneta. Ahí sí se nos quebró la tortilla bien gacho."