En Yucatán achocar es espantarse o asustarse de golpe, como cuando algo te agarra en curva y te deja medio temblando. No es solo sorpresa, es susto con todo y corazón acelerado. Se usa un montón cuando pasa algo inesperado y fuerte, y la neta es una palabra muy sabrosa del habla yuca.
"Estaba bien tranquilo viendo la novela y de repente tronó el transformador de la calle, me achocó tan feo que casi tiro los panuchos y la Coca bien helada"
Verbo muy yucateco para cuando el calor y la humedad te pegan tan duro que te dejan aplastado, sin energía y con cero ganas de moverte. Es como decir que el bochorno te apaga el alma y te vuelve lento. Si estás achocado, lo único que quieres es sombra, agua fría y que nadie te hable.
"No manches, salí dos minutos por las tortillas y ya estoy achocado. Este bochorno de Yucatán te deja tieso, mejor me encierro con el ventilador a todo lo que da."
En Yucatán achocar es ponerse todo penoso, apenado o incómodo por algo que te da mucha vergüenza, como cuando quisieras que te trague la tierra y desaparecer. Es ese momento en que te ardes de la cara y ya no sabes ni dónde meter la mirada. Y la neta, a todos nos ha achocado alguna vez.
"Me achocó cañón cuando mi jefa enseñó las fotos donde salgo en calzón de Bob Esponja en plena fiesta familiar, hasta el perro se estaba riendo de mí."
En Campeche se usa para decir que te topaste con alguien o que chocaste con una persona sin querer, normalmente de forma casual y sin mala onda. Es como “me lo encontré” pero con sabor local, a veces literal de ir distraído y pegar el llegue. Suena muy de calle y bien campechano.
"Iba bien distraído en el mercado y fui a achocar con Juan, casi tiro las naranjas. Nos quedamos platicando un rato y ya hasta se me olvidó a qué iba."
Se refiere a caer en un profundo sueño o siesta, generalmente después de una buena comida. No es solo dormitar; es como si te hubieran apagado todo el sistema.
"Después de tanto pabellón, me voy a achocar un rato en el chinchorro."