Dicho yucateco para cuando alguien anda medio mareado o ya bien pedo, tambaleándose y yéndose de lado como si fuera el tambor en plena fiesta, sonando y rebotando por todos lados. Se usa en plan de carrilla, no tan pesado, para señalar que ya se pasó de copas y va dando pena ajena.
"En la vaquería se echó tres chelas y dos shots, y ya andaba como tambor de fiesta, rebotando entre las sillas y pidiendo otra."