Se dice de alguien que trae una racha bien gacha, como si todo le saliera chueco y nada le saliera bien. Es como ir por la vida con pura mala suerte encima, problemas por todos lados y cero respiro. Suena chistoso, pero cuando te toca andar con el plato roto, sí que dan ganas de llorar y reír al mismo tiempo.
"Desde que troné con mi morra, perdí la chamba y se me descompuso el carro, neta ando con el plato roto, ya nomás falta que me caiga un piano del cielo."