Se dice cuando andas reventado, sin energía, como si el cuerpo ya no diera más. Es esa sensación de ir arrastrando los pies después de una jornada pesada, con calor, trabajo y cero ganas de nada. No es que estés bailando sevillanas, es que vas hecho polvo y se te nota en la cara.
"Parce, después de la mudanza y subir la nevera por las escaleras, quedé andando en flamenco, ni pa' una pola me da."