Se dice de alguien que anda bien distraído, como en su mundo, sin enterarse de lo que pasa alrededor. Va caminando, habla, hasta contesta, pero trae la mente de compras en la tiendita del barrio. No es que sea mala onda, nomás anda en la luna. Suena muy de rancho y tiene su encanto.
"Profe, le pregunté a Juan y me contestó cualquier cosa. Anda en la tiendita, ni oyó que ya cambiaron la tarea y el examen es mañana."