Se usa para hablar del vato que anda pidiendo prestado por todos lados, casi siempre de a poquito, y que jura que luego paga pero nadie le cree. Es como el clásico compa que vive fiado, siempre corto de lana y con mil deudas flotando. La expresión suena chistosa, pero si te toca uno así seguido, sí desespera.
"No hombre, el Chuy anda grameando tan gacho que ya le debe al de la tiendita, al de las cheves y hasta al morro que vende dulces en la esquina."