Se usa para hablar de alguien que está gastando plata a lo loco, como si fuera millonario por una noche y sin pensar en mañana. Es ese momento en que se agranda, invita rondas, compra weás innecesarias y después anda llorando porque no le alcanza ni para el pan. Y hay que admitir que todos hemos andado tirando la lana alguna vez.
"El Carlitos andaba tirando la lana en el bar anoche, invitando piscolas y completos a medio mundo, y hoy no tiene ni una luca pa'l pasaje de la micro."