Se dice cuando vas a montar una fiesta bien prendida, de esas con rumba, desorden sabroso y todo el mundo vacilando sin pena. Es como anunciar que se viene el bonche y que nadie se va a quedar sentado. Ojo, no es una reunión tranquila, esto es para sudar la pista y amanecer.
"Llegó el viernes y Juan soltó: hoy armamos la gozadera en mi casa. Pusieron salsa, reguetón y hasta la vecina salió con una Polar a bailar."