Se usa cuando alguien empieza un pleito, mete cizaña o prende la mecha de un chongo bien ruidoso. Es como cuando el pata no puede quedarse callado y suelta algo que sabe que va a generar drama. En Trujillo aplica para todo, desde la familia hasta la jarana, y a veces da risa ver cómo se arma la novela.
"La tía estaba tranquila, pero el primo armó la trifulca cuando contó que la abuela se fue a bailar marinera con el ex de su comadre en pleno carnaval de Trujillo"