Se dice cuando a alguien le llega plata o un beneficio de la nada, como caído del cielo, sin sudarla mucho. Puede sonar a envidia sana o a que el tipo tiene flor, porque siempre le aparece un chance, un premio o un favor. Vamos, que la suerte le hace la segunda y uno queda viendo para el techo.
"¿Supiste que a Juan le pagaron un bono y encima se ganó la rifa? Mano, a ese se le caen los mangos, uno aquí pelando y él siempre coronando."