Reírse tanto que sientes que te vas a desmayar del chiste. Es la manera bogotana de decir que algo es extremadamente gracioso.
"¡Mano, ese video de las abuelitas bailando reguetón me hizo cagar de la risa! Casi escupo el café."
Se dice cuando algo te da tanta risa que te doblas, lloras y te quedas sin aire, como si te fuera a dar un ataque. Es vulgarcito, sí, pero súper común en Chile para exagerar lo mucho que te reíste. Ideal para contar una talla buena o una caída épica. Y suena más fuerte de lo que es.
"Cuando el Nacho se resbaló en la cancha y quedó todo embarrado, nos cagamos de la risa en el carrete y nadie podía ni hablar."
Es reírse demasiado, hasta el punto de casi no poder respirar. Es lo que pasa cuando algo es tan gracioso que crees que te vas a desarmar.
"Cuando contó ese chiste en la fiesta, todos nos cagamos de la risa, especialmente Jorge que terminó llorando del dolor de estómago."
Cuando te da un ataque de risa tan fuerte que no eres capaz de parar, como si literalmente te estuvieras partiendo en mil.
"Anoche estuvimos contando chistes toda la noche y nos terminamos cagando de la risa. Casi me caigo del sillón."
Expresión muy usada cuando algo es tan chistoso que terminas doblado, con dolor de guata y sin poder parar de reír. Es como reírse a carcajadas, pero en versión más ordinaria y sabrosa, bien chilena. Se usa con amigos, en la pega o en la calle, y la verdad es que describe perfecto cuando el chiste fue realmente bueno.
"Fuimos a la playa en Tongoy, el Pancho se resbaló con una ola y salió volando con el completo en la mano, quedamos todos cagados de la risa mirando al pobre hueón."