En Cundinamarca se dice cuando alguien se pone a hablar por hablar, echando cuento y metiendo mucha paja. Suelta historias infladas, promesas imposibles o teorías raras solo para sonar interesante. Suele pasar en la tienda o en la rumba, y más si ya van un par de tragos. Pura carreta, pues.
"Deje la carreta, Julián: lleva media hora charlando carreta de que conoce al alcalde y ni el celador lo saluda. Mejor tómese el tinto y aterrice."