En San Luis Potosí se le dice chiflada a alguien que anda bien alzada, como si fuera de la realeza: exige trato VIP, quiere todo en charola de plata y arma berrinche si no le cumplen. Va entre burla y regaño, tipo “bájale dos rayitas”. No es que esté loca, es que se cree mucho.
"No manches, ahí va la Lupita reclamando porque el café no está hirviendo y el pan no es del día. Neta, qué chiflada, ni que fuera la dueña del lugar."