En Cundinamarca se usa para hablar de alguien que jode y jode con lo mismo, que insiste todo el rato hasta cansar, casi siempre por bobadas. Es como ser terco, pero con ese toque intenso y fastidioso que hace que uno quiera salir corriendo. No es grave, pero sí bien mamón, y hay que admitir que a veces hasta hace gracia.
"Parce, deje de chiniar con que vayamos a ese bar todo feo, ya le dije que no voy ni por un guaro gratis, ubíquese pues."