En Santander, culona no va de culos ni de piropos, va de comida. Es la famosa hormiga culona, una hormiga grande que se tuesta o se fríe y se come como snack, tipo maní. Suena a reto, pero engancha: crujiente, salada y bien santandereana. Si te da cosa, prueba una y ya verás.
"Parce, ¿nunca has comido hormiga culona? Venga pa’ Santander y le metemos a una bolsita con pola, que eso cruje sabroso y no perdona."