Se usa para decir que alguien se manda un sermón eterno, una charla larguísima y medio densa, como cura en misa de domingo con calor y sin aire acondicionado. Es cuando la persona se pone intensa, moralista o pesada con un tema y no corta más. A veces hace gracia, pero también te dan ganas de mirar el reloj cada dos minutos.
"Che, el Nico se tomó dos birras y ya empezó a dar la misa sobre economía, yo me voy a buscar más papas fritas antes de que arranque con la inflación del 2001."