Se dice cuando alguien llega a la peda o a la reunión y, en vez de sumarse al cotorreo, tumba el ambiente con su mala vibra. Es como si le quitara la corona a la diversión: empieza con caras largas, quejas y comentarios aguafiestas hasta que todos se quedan bien sacados de onda. Bien típico para señalar al que arruina el mood.
"No invites al Juan, compa: cae y en cinco minutos ya derrocó la fiesta con sus quejas, que el calor, que la música, que todo está caro."