Se dice de alguien que está con un careto agrio y un humor de perros, como si acabara de morder un limón bien ácido. Vamos, que no está para bromas y mejor no tocarle mucho las narices. Muy de soltarlo cuando alguien va por la vida con cara de pocos amigos.
"Déjale un rato, que hoy viene echao un limón. Entre el curro y que perdió Osasuna, como le digas algo te muerde."