Se dice cuando quedas con alguien para platicar a gusto, ponerse al día y, si se atraviesa, echar tantito chisme. No es tanto por el café en sí, aunque casi siempre cae una tacita. Es plan tranqui de tarde, de sobremesa larga y de arreglar el mundo con pan dulce en la mesa.
"Jálate al rato a la casa, echamos el cafecito y te cuento el chisme del vecino, que anda bien raro desde ayer."