En Tlaxcala se usa para cuando le haces señas discretas a alguien para que te saque de un apuro social, ya sea una plática aburrida, una cita incómoda o una reunión eterna. Es como lanzar un lazo imaginario para que te jalen de ahí. Suena muy vaquero, pero en versión chisme y convivencia familiar.
"Ya llevaba media hora oyendo al licenciado hablar de facturas y le eché el lazo a mi amiga para que fingiera que necesitaba ayuda en la cocina y así poder pelarme"