Se dice cuando alguien se pone a llorar o a quejarse a lo grande, con drama y volumen, como si le hubieran puesto una sanción de verdad. Vamos, que no es un lagrimón discreto, es un desahogo de los que se oyen en todo el barrio. Muy de soltar la pena sin filtro y quedarse a gusto.

"Le dijeron que no quedaba torta del Casar y el chaval echó la multa en mitad del súper, que se giró hasta la cajera."

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