En San Luis Potosí se dice cuando te sueltas a decir groserías porque algo te salió mal o te dio un coraje tremendo. Es como aventarte una maldición en voz alta, con todo el repertorio, para desahogarte. No es que estés jurando nada serio, es puro berrinche verbal. Y sí, suele espantar señoras.
"Se le fue el taco al piso y, sin pensarlo, echó un juramento bien recio. La doña de al lado se persignó y el compa nomás se rió, todo enchilado."