Se usa en Táchira para hablar de echarse una siestica corta, casi siempre después del almuerzo cuando pega el sueño sabroso. Es como decir que vas a recostarte un ratico para recargar pilas y seguir en la movida. No suena formal ni nada, más bien es de confianza total y tiene su encanto.

"Hermano, después de ese pabellón con tajadas quedé doblado, voy a echarme un toquecito y luego sigo con la chamba en el local."

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