Diminutivo bien cariñoso de encargo, típico cuando le pides a alguien un favor que suena chiquito pero termina siendo misión imposible. Se usa mucho para compras en el mercado, trámites o recados varios. Suena tierno, pero a veces es la excusa perfecta para mandarte media lista de cosas. Y hay que admitir que tiene su truco.
"Manuelito, ya que vas al centro hazme un encarguito pues, compras quinua, papitas y su frutita, revisas bien que no esté vieja, regateas unos soles y de paso pagas la luz, no seas flojo."