Se dice cuando alguien está disponible al cien, listo para lo que toque y sin poner peros. Viene con sabor militar, como de soldado esperando instrucciones, pero en la calle se usa para ofrecerse con buena actitud o para decir que uno está al servicio. Suena formalito, pero tiene su gracia si lo sueltas en plan serio.
"¿Quién me ayuda a subir la nevera por esas escaleras del demonio? De una, parcero, yo estoy a la orden del cabo, diga qué hago."