Se dice de alguien que está espabilado, atento y con el radar puesto, como quien no pierde detalle de lo que pasa. Vale para el que está pendiente de una oportunidad, de un plan o de un marrón que puede caer en cualquier momento. Vamos, que está fino y no se duerme.
"En el curro, como venga el jefe con ganas de bronca, tú estate a la tecla y guarda el móvil, que luego nos cae el sermón a todos."