Se dice de alguien que va a tope de energía, nervio o entusiasmo, como un río cuando baja crecido después de llover. Vamos, que no para quieto ni un segundo y está con la chispa encendida. Suele sonar medio exagerado, pero justo por eso hace gracia cuando alguien está desatado.
"Mira a Juan, lleva desde las ocho dando brincos, cantando y saludando a todo el mundo. Está como un río y no hay quien lo siente ni cinco minutos en la fiesta."