En Tabasco se dice estar fuerapuño cuando andas reventado, sin fuerzas, como si te hubieran surtido a madrazos después de una chinga tremenda. Es ese cansancio que ya ni ganas de platicar te deja, solo quieres tirarte donde caigas. Y la neta suena tan dramático que hasta da risa usarlo.
"No manches, con este calorón y la talacha desde las seis de la mañana ya ando bien fuerapuño, nomás quiero mi hamaca, mi pozol y que nadie me hable."