Se dice de alguien que está totalmente bajo la batuta de su pareja, como si le tuvieran con correa corta. Obedece, pide permiso para todo y ya no decide ni qué comer sin consultar. Suele soltarse en tono de burla entre patas, cuando el compa antes era bien lanzado y ahora anda bien domesticado.
"Oe, desde que está con la Rosa el Juan está mandado, ya ni se va a la pichanga si no le dan permiso y encima llega temprano, qué tal cambio."