Se le dice al que siempre anda con hambre y nunca se llena, aunque ya se haya echado media taquería. No es que esté flaco de verdad, es más bien carrilla para el tragón que vive pensando en el siguiente taco. Suena muy de compas y se usa para picar, no para ofender en serio.
"No manches, Juan, eres bien flaco de hambre: ya te chingaste tres gorditas y todavía andas viendo si queda barbacoa."