Se usa para hablar del cafecito mañanero que te devuelve a la vida, como si te pusieran suero directo en la vena. Es ese primer café que te despierta el cerebro y el buen humor. Básicamente, sin tu gota de suero andas zombi por la casa. Y hay que admitir que el nombrecito está brutal.

"Mira, ni me hables hasta que me beba mi gota de suero, que todavía estoy viendo borroso y confundiendo al perro con el jefe."

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