Dicho para burlarte de alguien que no se calla y habla por hablar, soltando puro chisme, quejas o historias sin mucha importancia. La idea es que hace un ruido constante y medio desagradable, como algo viejo y escandaloso. Se usa en tono de carrilla, no necesariamente con mala leche, pero sí para bajarle dos rayitas.
"En la comida, mi tía agarró vuelo con el chisme del vecino y ya sonaba como bacinica de rancho, ni el postre nos dejó en paz."