Se usa como saludo o forma de llamar a un pata con mucha confianza, tipo compadre o hermano. Aunque venga de “negro”, en este uso suele ir con cariño y buena onda, sin hablar del color de piel. Ojo, depende del tono y de la relación, porque dicho a cualquiera puede sonar pesado.
"¡Negrazo! ¿Qué fue? Ya pe, vamos por unas chelas al toque que hace un frío bravo y la jato está lejos."