Se dice cuando te las ingenias para que te den la ñapa, ese extra que cae por buena onda o por saber negociar. Es como hacer la jugadita con el vendedor para que te eche un poquito más sin subirte el precio. Muy de mercado y de esquina, y cuando sale, sabe a victoria.
"En la plaza de Ibagué le hicimos la vuelta de la ñapa al señor de las frutas y nos echó tres mandarinas de más, todo por sonreír y meterle labia."