Se dice cuando te quedas reventado y sin aire después de caminar o subir cerros a la altura, con el soroche pegándote duro. Es ese punto en el que las piernas no dan, la cabeza late y hasta hablar cuesta. Muy de sierra, muy de Apurímac. Y sí, la coquita o un mate caen como bendición.
"Subimos dos cuadras en Abancay y ya estaba jalateado, con el soroche dándome duro. Pásame un mate de coca, causa, que si no me quedo sentado acá."