Se usa cuando alguien te mete ideas tan fuerte que terminas pensando distinto, como si te hubieran restregado el cerebro. Puede ser motivacional, manipulador o puro floro bien armado. Al final quedas medio hipnotizado, diciendo ya pues a todo. Y hay que admitir que a veces esa lavada de coco hasta cae bien.
"Mi tía fue a una charla de esos gurús raros y volvió cambiada, ahora dice que el universo le habla y que todo fue por la tremenda lavada de coco que le metieron."