Viene del quechua y se usa cuando te agarra fuerte la nostalgia por tu tierra, por tu pueblito, por tu gente. Es ese dolorcito en el pecho cuando estás lejos y extrañas hasta el frío, el polvo y el perro que ladraba toda la noche. Es un lamento bien ayacuchano, pero con cariño, porque al final es puro amor a la tierra.
"Estoy años en Lima y todo bien con la chamba, pero cuando huelo cancha tostada me agarra un llajtachay que solo quiero agarrar mi mochila y largarme de vuelta a Ayacucho"