Se usa en Sonora para hablar de esa lluvia bien tímida que apenas cae, que nomás levanta olor a tierra y deja dos que tres gotitas en el parabrisas. Es como un chiste local, porque en pleno desierto cualquier chispeo se celebra como si fuera tormentón. Y la neta tiene su gracia, porque casi nunca llueve.
"Pos ayer según que iba a caer tormenta y al final nomás llovieron gafas, compa, ni pa' apagar el calorón, nomás se empanaron los lentes y ya"