Se suelta para vacilar a alguien que va de importante, de jefe o de señorito, pero luego no vale pa' nada cuando toca arrimar el hombro. Mucha pose, mucha charla y cero resultados. Es una forma bastante riojana de bajarle los humos a uno sin llamarle tonto a la cara, que también tiene su arte.
"Mira al Juanito dando órdenes en el bar como si fuera el dueño y luego no sabe ni hacer la cuenta, menudo noble."